05 noviembre 2008

Obama ¿más o menos de lo mismo?

Está todo el mundo revuelto con la elección de Obama. Cuando hablo de todo el mundo no utilizo una expresión, es literal; que está todo el mundo, vamos. Y yo creo que todos nos hemos levantado hoy con una sensación de alegría, o una sensación de que había que estar contentos, al comprobar que ha ganado el candidato negro, con cara de buena gente, el tal Obama. Pero estoy seguro que en esta euforia mundial no ha intervenido ni un punto del programa electoral de Obama. Porque ¿Qué levante la mano quien sepa algo que haya prometido? ¿Seguridad Social? ¿abolición de la pena de muerte? ¿los USA van a dejar de ser la maricotilla manipuladora de todas las republicas bananeras?... A mí me parece que no ha prometido nada, o por lo menos que no va a pasar nada extraordinario ni todo esto va a ser tan fantástico como para que esta mañana hayamos tenido que ir contentos al trabajo, o al paro. Lo que pasa es que estamos en el mundo con ganas de una buena noticia, y toda la parafernalia de las elecciones de los USA nos han despertado la ilusión de que, como decía Serrat, “hoy puede ser un gran día”. Que teníamos ganas de decir adiós a una época oscura y patética de salvapatrias que ponían los pies encima de la mesa y mandaban a sus hombres a la guerra a matar a otros desgraciados con el objetivo inmoral de hacerse más ricos. Y ahora nos damos cuenta de que todo eso se ha ido al garete porque han muerto millones de personas, hemos dividido el mundo en dos partes irreconciliables, nos hemos encaminado terriblemente hacia la autodestrucción medioambiental, no hemos hecho nada por la pobreza; y encima nos hemos hecho más pobres. Ese sistema económico por el que hemos matado, nos hemos asesinado, nos hemos autodestruido, resulta que escurre por el desagüe, con las hipotecas subprime y toda la comparsa que ha venido detrás. El “Yes, we can” y el “Change we need” lo hemos entendido todo el mundo perfectamente. Y cuando hablo de todo el mundo es que es todo el mundo. Y ese mundo mira ahora para el negrito con cara de hucha del Domund, a ver si esa cara de buena gente nos trae la ilusión que nos han quitado todos los que han venido antes. O nos decepciona como también lo hicieron otros. O nos decepcionamos nosotros solos, que para eso él no ha prometido nada. Hemos sido nosotros los que hemos puesto en este hombre el espejo de nuestros anhelos y de nuestros sueños. Él sólo ha dicho “yes, we can” o “change we need” y nosotros hemos puesto lo demás. Lo mismo nos hemos precipitado pensando que realmente podemos, aunque también estamos excusados nosotros, porque a estas alturas de la historia, sí que necesitamos un cambio.
Señor Obama, ya sé que usted es sólo un hombre (por cierto, siento lo de su abuela) y que a lo mejor no quiere esa responsabilidad ni entra dentro de sus planes; pero esa cosa que se llama tierra está pendiente de que traiga una esperanza y que el sueño que tuvo Luther King se cumpla, y que se cumplan las sueños de esta gente ilusa que a estas alturas del cuento aún queremos un mundo mejor
©Javier Vidal

1 comentario:

libertad dijo...

Ayyy, que esto me ha recordado a otros tiempos. A esos soñadores que todavía (afortunadamente) llevamos dentro. Que así sea.
Besos!