Pero así seguiré, aunque nunca fuera verdad aquella noche de
junio. Buscando entre los restos de mi ilusión, perdiéndome entre las sombras
de la decepción, sabiendo que nunca seré capaz y que todo seguirá
irremediablemente oscuro. Imaginando un encuentro que nunca se producirá, murmurando
unas palabras que nunca se pronunciarán, un diálogo imaginario de una escena
que jamás será retratada. En una eterna bifurcación donde mi camino siempre es
el contrario, el otro. Y lo que se hace pequeño no es lo que se queda detrás
sino yo mismo; que me alejo más y más perdiéndome entre la indiferencia y el
hastío. Ya sé lo que me espera, que mañana no pasará nada, que pasarán muchos
años sin que pase nada, que vendrá la nada y el olvido, el olvido y la
vergüenza. Que todo esto es en vano, que esta búsqueda no tiene sentido, que en
esta espera no cabe la esperanza. Pero así seguiré, porque es mi naturaleza de
perdedor eterno, de soñador de urgencia, de enajenado de guardia. Pero así
seguiré, amando de balde, muriendo de sueños. Y aunque esto no lleva a ninguna
parte algo inexplicable me dice que aguante, que siga esta lucha sin cuartel,
sin orgullo y sin futuro hacia algo tan simple y tan inalcanzable; esa palabra
tuya que bastaría para sanarme.
08 marzo 2022
Una palabra tuya
Suscribirse a:
Entradas (Atom)