21 junio 2019

SE VENDE ALMA AL DIABLO


SE VENDE alma al #diablo. Condiciones a negociar. Ocasión única; el propietario del alma reconoce que no está para muchas exigencias, para qué nos vamos a engañar. ©Javier Vidal

17 junio 2019

28 de junio de 1969

Voy a cumplir cincuenta años (justo el 28 de junio) y salí del armario con 27. Siento que he perdido 27 años de mi vida, donde todo era oscuridad, fingimiento y mucha soledad. Como no tengo pluma, o no se me nota mucho, nunca he sido ofendido o abusado por ser homosexual, pero sí me he criado en un pueblo donde marica, maricón, bujarra, eran el peor insulto que se le podía decir a una persona. Por eso me he acostumbrado a sentirme solo siempre, a tener muy baja autoestima, traidora y fiel compañera de viaje. 
Cuando descubrí mi homosexualidad me sentía un bicho raro, como la cucaracha de La metamorfosis de Kafka. Pensaba que era el único y buscaba referencias en poemas, pintura, literatura o cine. Pero había muy pocas. Ahora todo es lo contrario, ahora todas las series de Tv y películas, y canciones, tienen personajes gays; ahora todo el mundo está "orgulloso", o de ser gay, o de parecer gay o de tener amigos gays. Pero dista mucho de la sociedad que yo me encontré entonces en mi pueblo tan chico. A pesar de que "he vivido 23 años", con pareja estable y todo, el sentimiento de haber tirado media vida por la borda, el haber desaprovechado tantos momentos y tantos amantes, y la soledad a la que me acostumbré en aquellos tiempos difíciles, han hecho y siguen haciendo mella en mí, como una vieja herida que nunca cicatriza y que se abre en cualquier momento. 
El movimiento del orgullo me viene muy tarde (¿dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?), ya que esa lucha la tuve que lidiar yo solo o con ayuda de algunos amigos, pero bienvenido sea. Se ha avanzado muchísimo, aunque, a modo de excepción que confirma la regla, quedan todavía borricos que piensan que esto es una enfermedad o una “opción”; o salvajes, que agreden a homosexuales a la puerta de las discotecas. 
Ahora que me acerco a mi segunda parte del siglo, ahora que cumplo veintitrés años solo quiero agradecer la liberadora complicidad que supusieron aquellos poemas, aquellas películas, aquellas pinturas, aquellos personajes históricos. Y por supuesto el cariño y el respeto que he recibido después por parte de casi todo el mundo. ©Javier Vidal