Andas perdido
por un mar
de rostros amenazantes.
La fina arena del levante
ciega tus ojos mustios.
y nadie te conoce
y tu propio nombre
te suena como un insulto.
sobre la tierra mojada
desaparecen al instante,
tragadas por la desidia.
El tiempo se desploma
sobre tus hombros...
y te dejas llevar por el
embrujo
de esta mañana de agosto,
de este vagar sin rumbo
por una orilla extraña.
Te seduce la certeza
de dormir sin esperanzas;
te embriaga la pureza
de estar solo en el mundo,
devorado por la tristeza
de saborear uno a uno
los fracasos en la
batalla.
llora si puedes;
deja que tu aliento
se pierda en la marejada.
Descansa,
duerme;
ya has corrido bastante
detrás de sueños
inciertos.
Duerme,
descansa
la función debe seguir,
pero tu papel se te ha
olvidado.
La vida ya no es posible,
pero habrá que superarla.
Agosto 1.995 ©Javier Vidal