24 junio 2013

Levante

Éste es un poema que escribí en agosto de 1995. Por entonces era muy trágico; tenía un sentimiento trágico de mi existencia. Ahora es la existencia la que tiene un sentimiento cómico de mí y a veces hasta me hace gracia a mí también. Era agosto, hacía levante como hoy y las esperanzas, tan lejos como siempre. La foto la he cogido de internet. Ni idea de quién la ha hecho, pero esa hileras de arena las conozco muy bien.


Andas perdido
por un mar
de rostros amenazantes.
La fina arena del levante
ciega tus ojos mustios.


...Estás solo
y nadie te conoce
y tu propio nombre
te suena como un insulto.
 
Las huellas que dejas
sobre la tierra mojada
desaparecen al instante,
tragadas por la desidia.

El tiempo se desploma
sobre tus hombros...
y te dejas llevar por el embrujo
de esta mañana de agosto,
de este vagar sin rumbo
por una orilla extraña.
Te seduce la certeza
de dormir sin esperanzas;
te embriaga la pureza
de estar solo en el mundo,
devorado por la tristeza
de saborear uno a uno
los fracasos en la batalla.


Ríete al menos,
llora si puedes;
deja que tu aliento
se pierda en la marejada.
Descansa, duerme;
ya has corrido bastante
detrás de sueños inciertos.
Duerme, descansa
la función debe seguir,
pero tu papel se te ha olvidado.

La vida ya no es posible,
pero habrá que superarla.

Javier Vidal.‑ 
Agosto 1.995 ©Javier Vidal