Llevaba un tiempo pensando en completar mi perfil de Tinder y ya parece que me he decidido. Aquí va un esbozo. No estoy muy convencido…
25 septiembre 2022
Mi perfil de tinder
Llevaba un tiempo pensando en completar mi perfil de Tinder y ya parece que me he decidido. Aquí va un esbozo. No estoy muy convencido…
23 septiembre 2022
Los placeres solitarios
La primera radio me la regaló mi tía. Una radio chiquitita y blanca, con la que escuchaba en las noches de invierno El loco de la colina y los programas matinales de los sábados; allí en mi niñez con un auricular mono color carne y entre las sábanas de mi camita de noventa, enfundado en el ya raído esquijama amarillo y azul. Después pasó mucho tiempo en los que me sedujo la novedad de la infinidad de canales de la tele y sus hipnóticos y coloridos anuncios. Parecía que el video mataría a la estrella de la radio, pero lejos de que muera nadie, al final todo se va amontonando y agrandando el abanico de fuentes de información y entretenimiento. Si te digo la verdad ya no me seduce nada la tele, con su algarada de gente haciendo el ridículo por dinero, enredada en debates estériles y en polémicas artificiales; cuando no intentando hacerte papilla el cerebro para que te vuelvas un idiota como ellos. Y encima todo interrumpido con interminables intermedios en los que ya se te olvida lo que estabas viendo ni de lo que se hablaba y preguntándote cómo pudiste hacerte esto a ti, dejándote embaucar por ese circo patético.
10 julio 2022
Miedo
09 junio 2022
¡Yo creo que es algo!
“¡¡Yo creo que es algo!!”. Me hace gracia esta expresión que, si eres de Villamartín, seguramente de Andalucía y probablemente del resto de España, la entenderás. En realidad denota una falta de vocabulario para expresar que ha ocurrido algo paradójico, singular, impresentable, intolerante, algo de tal magnitud que no encontramos palabras para expresarlo en ese momento o porque nuestra estupefacción queda expresada mucho mejor llamándola “algo”. Me imagino a un extranjero que está aprendiendo nuestra lengua intentando entender el sentido de la esa expresión tan nuestra. Y tan parecida a eso que me he sorprendido diciéndolo muchas veces cuando una situación me supera; y no digo: me va a dar una alferecía, un ataque al corazón, un desmayo, un ataque epiléptico… Y al final, en vez de nombrar alguna de estas calamidades, digo simplemente: "me va a dar algo”. Reivindiquemos la palabra “algo” que, dentro de su imprecisión, es la palabra más precisa para expresar la situación que estamos viviendo, y las situaciones que estamos viviendo; y en las que no quiero entrar por no embarrar esto, porque a buen entendedor pocas palabras bastan, o porque cada uno se imagine lo que quiera. Si tienes un poco de sentido común, un poco de conciencia social, un poco de cerebro, un poco de sensibilidad o, aunque sea, unas cuantas neuronas todavía útiles, estarás conmigo en que la “cosa” está para que nos de “algo”. Y que la incomprensión, estupefacción, indignación que uno siente ante todo esto no hay mejor forma de expresarlo que exclamando en andaluz cerrado como el nuestro: “¡Yo creo que es algo!!”
08 marzo 2022
Una palabra tuya
Pero así seguiré, aunque nunca fuera verdad aquella noche de
junio. Buscando entre los restos de mi ilusión, perdiéndome entre las sombras
de la decepción, sabiendo que nunca seré capaz y que todo seguirá
irremediablemente oscuro. Imaginando un encuentro que nunca se producirá, murmurando
unas palabras que nunca se pronunciarán, un diálogo imaginario de una escena
que jamás será retratada. En una eterna bifurcación donde mi camino siempre es
el contrario, el otro. Y lo que se hace pequeño no es lo que se queda detrás
sino yo mismo; que me alejo más y más perdiéndome entre la indiferencia y el
hastío. Ya sé lo que me espera, que mañana no pasará nada, que pasarán muchos
años sin que pase nada, que vendrá la nada y el olvido, el olvido y la
vergüenza. Que todo esto es en vano, que esta búsqueda no tiene sentido, que en
esta espera no cabe la esperanza. Pero así seguiré, porque es mi naturaleza de
perdedor eterno, de soñador de urgencia, de enajenado de guardia. Pero así
seguiré, amando de balde, muriendo de sueños. Y aunque esto no lleva a ninguna
parte algo inexplicable me dice que aguante, que siga esta lucha sin cuartel,
sin orgullo y sin futuro hacia algo tan simple y tan inalcanzable; esa palabra
tuya que bastaría para sanarme.
10 febrero 2022
Convivo con un elefante
Es un poco difícil de entender pero conozco gente que convive con un
elefante. Ese tema tabú que todos conocen de más pero del que nadie habla y que
puede estar ahí toda la vida a lo largo de generaciones, siempre evitado y
silenciado. Esa tensión evidente que se instala en una mesa con mantel y que
nadie quiere señalar para no seguir hurgando en una herida que probablemente
nunca se cerrará. Ese problema que tortura a todos en el salón familiar pero
del que nadie habla porque cualquier referencia resulta incómoda y
probablemente ya no tenga solución. Esa ausencia que invade una casa entera,
con las lágrimas aún húmedas de una pérdida reciente, pero que nadie quiere
citar porque ya está todo deshecho, hace ya tiempo que se perdió la esperanza;
y con el silencio todos evitan inútilmente aferrarse a una antigua rutina para
no hundirse en el fango de la desesperación.
Todos los que conviven o hemos convivido con un elefante se quedan quietos
a veces, con la mirada perdida a miles de kilómetros, como si acabaran de
llegar de una batalla brutal y el alma se le hubiera quedado muy lejos. En
medio de una conversación trivial no pueden evitar que de vez en cuando se les
venga a la cara ese gesto sombrío y derrotado y esa mirada que en realidad no
está mirando nada; solo está huyendo muy lejos adónde no tengan que ver
constantemente el elefante que evitan pero que tienen justo delante.
©Javier Vidal