01 junio 2011

Cántame hasta el final del amor

Hoy me quedo con una notica de las que salen en el diario, abarrotado de pepinos, de bacterias, de acusaciones y de euforia del pp, que ve cada vez más cerca el tan ansiado poder: le conceden el premio Príncipe de Asturias de las Letras a Leonard Cohen. Supongo que le habrán concedido otros premios, confío en los otros jurados de premios, pero el verlo hoy en portada ha sido una satisfacción, aunque también una forma de perderlo. Cuando se hace oficial el reconocimiento a tus pasiones secretas parece que pierden un poco de valor. Me pasó cuando HDS sacaron "senderos de traición", que tuve que compartir mis héroes con una caterva de gente corriente y moliente. Ahora, con Leonard Cohen, no quiero decir que no fuera conocido pero cuando salgo a correr por las tardes y escucho el "first we take manhattan" en varias versiones sé que soy el único en mi pueblo que en ese momento está disfrutando de esa delicatessen; y a partir de ahora lo mismo cuando voy por "they sentenced me to twenty years of boredom..." me cruzo con otro que va por "...then we take Berlin.." y eso, qué quieren que les diga, es perder un poco de la exquisitez que tiene la exclusividad. Como cuando estás disfrutando de la soledad y el silencio de la noche, mientras los demás duermen y de pronto se escucha a tu vecina, que todavía sigue despierta. Desde que descubrí a Cohen con aquella "Suzanne" su repertorio ha formado parte de la "banda sonora de mi vida", tanto sus versiones originales como los conciertos y covers de otra gente. Me gusta esa cadencia decadente de sus canciones, ese misticismo de sus letras y esa tristeza que destila su música, sólo superada por uno mismo, a veces. Cuando uno está triste tan sólo dos sonidos son bienvenidos: la lluvia y las canciones del viejo leonard. Por eso me alegro de que le concedan el premio y espero que sea en metálico, porque desde que le estafó su asesora financiera andaba alicaido el hombre y tuvo que salir de su aislamiento para dar conciertos, eso es lo único bueno que ha provocado un asesor financiero desde aquel apostol que se convirtió y que no recuerdo cuál era. Vaya mi homenaje a mi compañero musical de viaje. Y sigue, Leonard Cohen, cantándome hasta el final del amor.. ©Javier Vidal